o cómo sobrevivir ante el bombardeo de tips para emprender

Una de las cuestiones que más nos ha llamado la atención a la hora de emprender y crear nuestra propia marca en el ámbito jurídico es la inmensidad de productos en el mercado para emprendedores basados en contenido vacío y mitos irreales.
La principal idea que se trasmite es básicamente que todo es cuestión de «actitud», de «atreverse», de «creer en uno mismo». Otras ideas que hay alrededor del emprendimiento son la «suerte del emprendedor», la necesidad de estar especializado para comenzar porque el mercado lo requiere, la competitividad extrema y, la mejor de todas, «el éxito llegará si te esfuerzas».
Muchas veces estos lemas pretender vender humo a precio de éxito, como si eso de emprender fuera algo nuevo que ha surgido en estos últimos 5 años. Hemos querido dejar aquí algunas cosas que hemos aprendido paso a paso, desde nuestra perspectiva y desde la sinceridad.
No todo depende de nosotros, el contexto cuenta.
Lo primero que se debe tener en cuenta es el contexto, tanto el social como el personal. En España no podemos decir que tengamos un sistema hecho para facilitar eso de ser tu propio jefe, en comparación con otros países de la región europea. Respecto del mercado, claramente el sector puntero es el turismo, por lo que la demanda de profesionales cualificados dependiendo del sector es baja. Cada vez las carreras universitarias tienen menos cupos y notas de corte más altas, eso es sólo un síntoma de las necesidades de mercado. De otro lado, si que tenemos un sistema de acceso a las administraciones y de empleo público bastante bueno, por lo que este si que es un país para opositar si hablamos en términos de estabilidad laboral estrictamente. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque el éxito no depende solamente de la persona que quiere emprender, ni de sus ganas o noches sin dormir. Dependemos del contexto y mucho.
Otro mito: hay que estar especializado para empezar.
Es algo imprescindible que para echarse al mercado se requiere formación previa, pero no siempre es la que nos dicen que necesitamos. Hoy día se habla tanto de la especialización y la experiencia en clave de requisito ineludible que tenemos a gente formada endeudándose para hacer másteres de especialización antes de empezar a ejercer y eso es un gran error. De primeras por que son necesidades que se introducen en el mercado simplemente para ganar dinero y de segundas, como dice Oscar León, porque no es el abogado el que elige la especialización, sino la especialización la que elige al abogado.
Esta idea no es una afirmación nuestra, la comparten grandes profesionales. Lo primero es formarse en la práctica, los másteres que nos venden realmente son cursos, no maestrías completas, y, en todo caso, para tener una maestría debe de tenerse un mínimo de experiencia previa que no se completa en los meses de prácticas de la carrera. Muchas veces salir al mercado centrándose tan sólo en una rama supone limitarse al conocimiento del Derecho de manera profunda, tomar el camino fácil de conocer un apartado minúsculo de todo el universo jurídico que existe y eso no es excelencia, a nuestro parecer, desde luego que no.
El éxito no depende de la actitud
De hecho diría que el éxito no existe, esto no es cuestión de que pasen los dos años de «estar empezando» que en todas partes establecen como media y que tu nivel de vida esté muy alto para posturear. Emprender es una opción más de supervivencia, de incorporación al mercado laboral, pero una opción con muchos más riesgos y quebraderos de cabeza que estar en un despacho por cuenta ajena. La cuestión es porqué lo haces, dependiendo de la respuesta a esa pregunta se define el éxito, las series de abogados son ficción y, a veces, ficción insultante, solo quien lo hace sabe si le compensa el esfuerzo.
Ojo, el éxito tampoco depende de pagar a alguien que sabe de «emprender» porque te diga frases motivadoras o tips de captación de clientes. La mayoría de técnicas de captación de otras profesiones no sirven para la abogacía, tenemos un código deontológico muy concreto y nuestra relación con el cliente es de absoluta confianza, no podemos prometer que van a ganar un pleito así por las buenas. Esto no quita de que exista material de calidad para alguien que empieza desde cero a conocer la labor comercial, mucho más en el contexto de la era digital, pero desde nuestro punto de vista hay suficiente información libre hoy día para ordenarla y darle valor, pudiendo decidir más adelante qué formaciones hacer o no hacer, cuando conozcamos nuestros referentes.
El éxito puede no llegar nunca
Y no pasa nada, está bien, porque hay cuestiones que se escapan de nuestras manos y será así siempre. Hay que estar preparados para vivir en la incertidumbre del mes o trimestre que viene y hay que prepararse para tener que cambiar el chip en algún momento, cambiar las expectativas y que sea lo menos traumático posible.
Con esto quiero decir que nuestra gran compañía en el emprendimiento es la flexibilidad de barajar otras opciones sin caer en una depresión por ello. Vamos, que nuestra gran compañía es la inteligencia emocional, no las frases mister wonderful.
Esforzarte es lo único que puedes hacer y lo que más debes hacer
Esto de esforzarse es estudiar mucho, mucho más de lo que estudian los demás, porque en general la gente estudia lo justo. Un tip muy bueno es estudiar cada caso de manera teórica, buscarle toda la jurisprudencia a favor, en contra y luego pasar a qué hacer en la práctica. A parte es necesario estudiar también al margen de la jornada laboral como parte del valor de tu marca, estar actualizado en normativa legal y tener bien interiorizadas otras materias fundamentales, como el procesal.
Algo que nos llama mucho la atención es cómo abogados con mucho más recorrido que nosotros son capaces de ignorar la nueva normativa y perder en juicio por confiarse demasiado, es solo un ejemplo, pero nos muestra algo que no nos dicen, y es que el esfuerzo será una constante para el resto de nuestras vidas si somos autónomos. Estudiar siempre estará ahí como un pilar fundamental, el Derecho cambia.
El esfuerzo realmente es lo que marcará la diferencia de tus servicios dentro del mercado laboral, pero cuidado con la competitividad, porque es un arma de doble filo, no hay que ir regalando estrategias pero…
La competitividad del mercado son los padres
Cuando estas empezando esto es así. La gente que empieza tirando cuchillos al de al lado difícilmente le irá bien. La herramienta básica para empezar en la abogacía es la colaboración, hay que colaborar con otros compañeros todo lo posible, sacar jugo de su experiencia, apoyo, habilidades y métodos. Ofrecerse a ayudar en casos o recibir captaciones de otras personas que no pueden llevar determinado asunto por falta de tiempo. Puede incluso encontrarse una colaboración fija al mes, eso para empezar es un gran punto de partida y podría aplicarse a Ley de Pareto, obtener el 80% de tus ingresos del 20% de tus clientes.
Emprender es fácil, lo difícil es encontrar padres ricos antes
Esta frase se nos quedó grabada porque es una gran verdad. Tener una situación económica favorable hace que hasta gente sin gran capacidad de esforzarse tenga «éxito» al principio. Es lo que todos querríamos, un escenario en el que tengamos suficientes medios como para despreocuparnos de ingresos al menos el primer año, pero eso es complicado en la mayoría de casos, bien por quien tenga esa posibilidad, pero la cuestión económica siempre se disfraza en el emprendimiento detrás del esfuerzo, de la suerte del emprendedor y de la actitud.
Para comenzar nuestro proyecto nosotros tuvimos que alternar 3 tipos distintos de empleos mientras empezamos a llevar casos, entre unas cosas y otras trabajábamos de lunes a lunes, fueron meses terribles. Esta parte no la cuenta casi nadie, para nosotros el logro estuvo cuando pudimos dedicarnos exclusivamente al despacho y dejar el resto de empleos y eso nos enorgullece. Sabemos que la mayoría de personas habrían desistido a mitad de camino. Esto también nos da un valor extra porque conocemos de cerca la realidad social del lugar en el que vivimos, no venimos de una burbuja jurídica en la que conocemos el mundo por las noticias. Todo es cuestión de perspectiva y de analizar cómo queremos tomarnos las cosas, obviamente.
Conclusión
Emprender es muy duro. Si se hace hay que valorar bien el motivo y sopesar los contras. No es necesario pagar a un coach que te motive para hacerlo. La especialización llega cuando ha habido práctica suficiente. Nunca se deja de estudiar. Tus compañeros de profesión son tu apoyo. La formación complementaria está genial, pero no ignores todo lo que tus clientes te enseñan.
¿Cómo saber todo esto? solo aprende quien admira. Las redes sociales han democratizado bastante el acceso a información y consejos de profesionales que ya tienen un recorrido. Asistir a conferencias, leer blogs y libros de quiénes ya acumulan la experiencia es un punto clave. Ahora que se están implementando las conferencias y formaciones online es cuando hay que aprovechar.
Si os dan un papel pautado,
Juan Ramón Jiménez
escribid por el otro lado.